De jovencita tenía una salud delicada: malas digestiones, anemias recurrentes, reglas largas y abundantes, insomnio crónico, entre otras cosas (producto de una celiaquía no diagnosticada que afectó a BAZO/ESTÓMAGO de muchas maneras). A nivel personal, era alegre y optimista, sin embargo, podía pasar al enojo en un abrir y cerrar de ojos (la falta de calidad en SANGRE/YIN hacían que mi MENTE/SHEN sea inestable y que haya bloqueo en HÍGADO/IRA).
Con el afán de mejorar y encontrar la raíz del problema, comencé una búsqueda personal valiosa que me llevó a conocer la Medicina Andina, a practicar terapias energéticas, a integrar la meditación a mi vida… hasta llegar a la Medicina China.
Gracias a todo este conocimiento, pude entender lo que me sucedía y tomar acción en mi cuerpo, rutinas y hábitos para que «mágicamente» mi salud física y emocional se estabilicen y me permitan llevar una vida SALUDABLE, SERENA Y FELIZ.